«Dixie» es una canción estadounidense de 1859, compuesta por Daniel Decatur Emmett. Fue muy popular en el ejército sudista durante la Guerra de Secesión.
La palabra Dixie o Dixieland se utilizaba en Estados Unidos para designar a los estados del sur del país.
Oh, I wish I was in the land of cotton,
Old times there are not forgotten, (Alternate Original words "Cinnamon seed and sandy bottom,")
La Internacional (L'Internationale en francés) es la canción más famosa del movimiento obrero. Se la considera el himno oficial de los trabajadores del mundo entero1 y de la mayoría de los partidos socialistas y comunistas así como de organizaciones anarquistas.2 La letra original, en francés, es de Eugène Pottier, y fue escrita en 1871 dentro de su obra Cantos Revolucionarios. En 1888 Pierre Degeyter la musicalizó. La composición es el himno oficial de la Segunda Internacional (ahora Internacional Socialista).
En francés:
En 1892, la Segunda Internacional la populariza y adopta como himno. El día 3 de noviembre de 1910 se convierte en el himno de todos los trabajadores del mundo, en el Congreso Internacional de Copenhage. En 1919 Lenin la oficializa en la Tercera Internacional y se convierte en el himno nacional de la Unión Soviética hasta el año 1943. Según cuenta Maurice Thorez en 1928, en el VI Congreso de la Internacional Comunista celebrado en Moscú, el propio Pierre Degeyter dirigió personalmente, con lágrimas en los ojos, el coro que interpretó la canción.
En Ruso:
En castellano:
Original en francés
C’est la lutte finale :Groupons-nous, et demain,L’InternationaleSera le genre humain
Debout ! les damnés de la terre !Debout ! les forçats de la faim !La raison tonne en son cratère :C’est l’éruption de la fin.Du passé faisons table rase,Foule esclave, debout ! debout !Le monde va changer de base :Nous ne sommes rien, soyons tout !
Il n’est pas de sauveurs suprêmes :Ni Dieu, ni César, ni tribun,Producteurs, sauvons-nous nous-mêmes !Décrétons le salut commun !
Pour que le voleur rende gorge,Pour tirer l’esprit du cachot,Soufflons nous-mêmes notre forge,Battons le fer quand il est chaud !
L’État comprime et la loi triche ;L’Impôt saigne le malheureux ;Nul devoir ne s’impose au riche ;Le droit du pauvre est un mot creux.C’est assez languir en tutelle,L’Égalité veut d’autres lois ;« Pas de droits sans devoirs, dit-elle« Égaux, pas de devoirs sans droits ! »
Hideux dans leur apothéose,Les rois de la mine et du railOnt-ils jamais fait autre choseQue dévaliser le travail ?Dans les coffres-forts de la bandeCe qu’il a créé s’est fonduEn décrétant qu’on le lui rendeLe peuple ne veut que son dû.
Les Rois nous soûlaient de fumées,Paix entre nous, guerre aux tyrans !Appliquons la grève aux armées,Crosse en l’air, et rompons les rangs !S’ils s’obstinent, ces cannibales,À faire de nous des héros,Ils sauront bientôt que nos ballesSont pour nos propres généraux.
Ouvriers, paysans, nous sommesLe grand parti des travailleurs ;La terre n’appartient qu’aux hommes,L’oisif ira loger ailleurs.Combien de nos chairs se repaissent !Mais, si les corbeaux, les vautours,Un de ces matins, disparaissent,Le soleil brillera toujours !
C’est la lutte finale :Groupons-nous, et demain,L’InternationaleSera le genre humain
Un tercio era una unidad militar del Ejército español durante la época de la Casa de Austria. Los tercios fueron famosos por su resistencia en el campo de batalla, formando la élite de las unidades militares disponibles para los reyes de España de la época. Los tercios fueron la pieza esencial de la hegemonía terrestre, y en ocasiones también marítima del Imperio español. El tercio es considerado el renacimiento de la infantería en el campo de batalla y es muy comparado con las legiones romanas o las falanges de hoplitas macedónicas.
Oponiendo picas a caballos, enfrentando arcabuces a piqueros
Con el alma unida por el mismo clero que la sangre corra protegiendo el reino
Aspa de Borgoña flameando al viento, Hijos de Santiago grandes son los tercios
Escuadrón de picas, flancos a cubierto, sólo es libre el hombre que no tiene miedo
Lucha por tu hermano muere por tu reino
Libre por la paz en este gran imperio
Nunca habrá derrotas si nos hacen presos
Sólo tras de muertos capitularemos
La gola de malla, chaleco de cuero, peto y espaldar me guardarán del hierro
Levantad las picas con un canto al cielo
Nunca temeré si van columna al tercio.
La batalla de Rocroi o Rocroy aconteció el 19 de mayo de 1643 entre el ejército francés al mando del joven Luis II de Borbón-Condé, por aquel entonces Duque de Enghien y de 21 años de edad, más tarde príncipe de Condé, y el ejército español a las órdenes del portugués Francisco de Melo, capitán general de los tercios de Flandes. El enfrentamiento, que comenzó antes de amanecer, duró cerca de seis horas y terminó con la victoria francesa.
Se conoce como Desastre del Barranco del Lobo la acción militar acaecida en ese lugar, próximo a Melilla, el 27 de julio de 1909 en la que las tropas españolas fueron derrotadas por los rifeños. Es considerada una parte de la Guerra de Melilla.
En el Barranco del Lobo hay una fuente que mana sangre de los españoles que murieron por España.
(otras versiones: «por la patria»)
¡Pobrecitas madres, cuánto llorarán, al ver que sus hijos a la guerra van!
(otras versiones: «ya no volverán»)
Ni me lavo ni me peino ni me pongo la mantilla, hasta que venga mi novio de la guerra de Melilla.
Melilla ya no es Melilla, Melilla es un matadero donde van los españoles a morir como corderos.